Contexto previo a la batalla...
La Purga de la Herejía
En el sombrío y gélido vacío del espacio, en el sector de Raxion IV, un antiguo conflicto se desató entre los Ángeles Oscuros y los Marines Espaciales del Caos. La misión de los Ángeles Oscuros era clara: eliminar a un grupo de herejes que habían traicionado el juramento de lealtad a la Emperador y que, además, llevaban el estigma de un pasado oscuro que los Ángeles Oscuros habían jurado cazar.
Los Ángeles Oscuros, liderados por el Maestro de la Tercera Compañía, desplegaron su escuadra de élite en un antiguo templo dedicado a los dioses olvidados, un lugar que resonaba con los ecos de traiciones pasadas. Con el orgullo de su legado y la determinación de purgar la mancha de la herejía, se prepararon para el enfrentamiento.
Informe de ballalla
El Enfrentamiento
Las fuerzas del Caos, lideradas por un Maestro de la Posesión, llegaron al templo con intenciones oscuras. Un ejército de Marines del Caos, corrompidos por las fuerzas del Caos, se preparó para defender su territorio, invocando a los poderes oscuros que les otorgaron fuerza y brutalidad. La batalla comenzó con un estruendo ensordecedor, balas y fuego de energía llenando el aire mientras ambos bandos chocaban con furia.
Los Ángeles Oscuros lucharon con un fervor casi fanático, utilizando tácticas de emboscada y fuego concentrado para desgastar a los herejes. Sin embargo, la tenacidad de los Marines del Caos era igualmente feroz, y aunque las bajas entre los herejes eran numerosas, su sed de sangre y venganza los mantenía en pie.
El Último Aliento
A medida que la batalla se tornaba más caótica, el Dreadnought Redentor de los Ángeles Oscuros se convirtió en un baluarte. Su armamento imparable arrasó a varios enemigos, pero la furia del Caos no podía ser contenida. En un acto de desesperación, el Maestro de la Posesión activó su ataque de último aliento, un ritual oscuro que lo consumió en un destello de energía maligna. La explosión resultante fue devastadora; el Dreadnought, símbolo de la resistencia de los Ángeles Oscuros, fue hecho añicos, arrastrando consigo a varios de sus propios hermanos.
La Victoria Vacía
A pesar de la destrucción de su adversario, los Marines del Caos no sobrevivieron a la carnicería. La batalla, aunque aparentemente victoriosa para ellos, dejó a su ejército completamente aniquilado, sin una sola unidad viva para disfrutar del triunfo. La gloria del Caos no se materializó en celebraciones, sino en un silencio aterrador que se apoderó del campo de batalla.
Solo tres Precursores de los Ángeles Oscuros, desgastados pero determinados, sobrevivieron a la carnicería. Sus corazones latían con la culpa y el orgullo, sabiendo que habían destruido a los traidores, pero a un alto costo. Regresaron a sus filas, llevando consigo no solo el peso de la victoria, sino también el eco de la pérdida y la traición.
El Legado de la Batalla
El enfrentamiento en Raxion IV se convirtió en leyenda dentro de las filas de los Ángeles Oscuros. Se susurraba que los ecos de los caídos aún resonaban en el templo, y que los dioses del Caos se burlaban de su derrota, esperando el momento adecuado para intentar nuevamente corromper el espíritu de los leales. La obsesión de los Ángeles Oscuros por cazar a los traidores continuó, pero la sombra de la batalla dejó una huella imborrable en su historia, recordándoles que la lucha contra la herejía nunca termina realmente.

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