[Cruzada] - Grito de los condenados: La Guerra por el Sistema Ygros

Comenzaremos una nueva serie de partidas a modo de campaña narrativa. Iremos subiendo el desarrollo de la historia y partidas. Aquí tenemos la introducción a la campaña:

Grito de los condenados: La Guerra por el Sistema Ygros

En el corazón del Segmentum Ultima, el sistema planetario Ygros arde en guerra. Sus tres mundos habitables —Vharnis, Khymeron y Astreus— han sido arrasados por la voraz marea de la Flota Enjambre Echidna, una subcolmena de Leviatán. Sin embargo, este sistema no es solo una presa más para los Tiránidos: en su superficie yace algo que los poderes oscuros codician.

Desde la Gran Fisura, una grieta en la disformidad se ha abierto sobre Khymeron, expandiéndose con cada ciclo de guerra. Cultos herejes han aprovechado la confusión para realizar oscuros rituales de alineación que buscan abrir una brecha mayor, lo suficientemente grande como para traer a la realidad a Vorr'khal, el Devorador de Almas, un sediento Príncipe Demonio de Khorne. Si el ritual es completado, una Horda Carmesí de demonios arrasará el sector y la disformidad se desbordará en una tormenta caótica incontrolable.

El Imperio no puede permitirlo. Ultramarines de la Tercera Compañía, apoyados por la Orden Martillo Carmesí de las Hermanas de Batalla y un destacamento de la Deathwatch, han sido desplegados para erradicar el Caos antes de que sea tarde. Su misión es triple: recuperar artefactos arcanotecnológicos del desaparecido Culto de los Eruditos de Marte en Vharnis, destruir los lugares de invocación en Khymeron y, si todo lo demás falla, sabotear el sistema con una tormenta de exterminatus para impedir el ascenso de Vorr'khal.

Pero el tiempo está en su contra. La Flota Enjambre Echidna ya ha comenzado a consumir el sistema. A medida que su sombra psíquica ahoga la disformidad, los demonios podrían volverse inestables, pero también los refuerzos del Imperio quedarían aislados. Si la guerra se prolonga demasiado, no habrá nada que rescatar: solo un cementerio de mundos y la imparable marcha de la Gran Devoradora.